Tic-tac

Y me preguntas cómo está mi corazón, que de tanto trabajar se me ha vuelto a olvidar...
Es mejor dejarle ahí donde está, tranquilito sin rechistar.
El sábado se sobresaltó, y a mi corazón (con dos copas encima) se le ocurrió hacerle hueco de nuevo al perro verde. Le dijo a mi cabeza que porqué no se unían para decirle a mis señores dedos que le escribieran un mensaje, y así fue, porque la cabeza con litros de alcohol no tiene nada que hacer contra el corazón.