lunes, 21 de julio de 2008

Cambiar algo para que todo siga igual

27 años y muchos cambios de golpe. Cambios con forma de bofetada y no de beso. Cambios con olor frío y solitario. Cambios que parecen obligatorios aunque son opcionales. Tengo miedo Grillo. Normalmente me sobra la valentía pero a día de hoy me siento un poco cobarde. Y mi falta de valor viene a causa de las últimas decisiones. No sé si me estoy pasando de cambios, porque para mi los cambios son como las gotitas de agua, para calmar la sed tienen que caer uno a uno. Es una de mis políticas vitales: "Cambiar algo para que todo siga igual". El secreto está en que ese algo debe ser pequeño, para adaptarse con armonía a las demás variables vitales. Así se salvaguarda el ecosistema de mi existencia. Y, resulta, que a día de hoy ésta es mi situación:

- No novio (cuando no he estado sola los últimos 10 años)
- Cambio de domicilio repentino para no generar traumas sobre los demás humanos.
- Nueva residencia fuera de España, en 15 días, con nuevo trabajo.
- Nuevos amigos de amigos que hacen que mi vida parezca una Sitcom, cuando normalmente he hecho de mi vida una humilde obra de autor.
- No dinero y una acumulación de deuda mayor a la que tuvo Alemania tras la guerra mundial, cuando jamas me había sucedido.


Y, entonces pienso, ¡Antoñita, te has pasado... se te "pira, pira"! con tantas gotas de agua no vas a calmar tu sed... sino que la catarata te va a llevar por delante y te va a ahogar.

¡¡Un beso con sabor a relativismo!!

Y, existencialmenmte, Te quiero.

No hay comentarios: